La historia de la pizza en la animada capital catalana cobra vida en este establecimiento vanguardista que, desde su apertura, se ha ganado rápidamente el corazón de los aficionados y se ha convertido en una parada imprescindible. El ambiente creado por la decoración industrial postmoderna aporta un toque distintivo y personal. Además, su estratégica ubicación en el barrio del Raval, a la derecha de Las Ramblas, uno de los barrios más antiguos de Barcelona, ha contribuido a convertir este lugar en legendario. La propuesta gastronómica está claramente inspirada en la cocina italiana para las pastas y en la tradición napolitana para las pizzas. El restaurante ofrece una limitada pero cuidada selección de cervezas, vinos y cócteles, junto con divertidos aperitivos. Destaca especialmente la atención prestada a la elección de los ingredientes, cuidadosamente seleccionados no sólo para garantizar la salud de quienes los consumen, sino también para respetar el medio ambiente. Estos ingredientes son hábilmente incorporados a las pizzas por el chef para crear combinaciones poco convencionales pero sabrosas.